Grado 10, Filosofía, Semana del 23 al 26 de Junio.
Sesión Nº2: La estética en los autores clásicos:
La estética para Platón:
Aunque Platon no hablo explícitamente de la estética, si hay elementos que se encuentran en su planteamiento y que se relacionan con su pensamiento metafísico y sus ideas. La teoría idealista de la existencia y la teoría apriorística del conocimiento, influyeron sobre su concepto de la belleza, mientras que la teoría espiritualista del hombre y la moralista de la vida se reflejan en su concepción sobre el arte.
Platon entendía la belleza ampliamente: abarcaba con ella no solo los valores que solemos llamar estéticos sino también los morales y cognoscitivos. Este concepto de lo bello difería muy poco del concepto del bien, sirviendo sobretodo para formular tesis generales, y era aplicable en la estética filosófica.
Platon afirmaba que lo bello no puede ser limitado, ya que comprende también la sabiduría, la virtud, los actos heroicos y las buenas leyes. También afirmaba que
poseemos un sentido innato y permanente de la belleza, de la armonía y del ritmo; solo este sentido puede constituir para nosotros una prueba de ellos.
Platón, veía la esencia de la belleza en el orden, en la medida, en la proporción, en el acorde y en la armonía; concebía la belleza primero como una propiedad dependiente de la disposición(distribución, armonía) de los elementos y, como una propiedad cuantitativa, matemática que podía expresarse por numerosos(medida y proporción). Platón explica que son la medida y la proporción, quienes deciden sobre la belleza de las cosas y les proporcionan unidad.
El sentido de belleza es una particularidad del hombre, una manifestación de su divinidad.
Atribuye a la forma el papel preponderante en el arte y la belleza, más la forma como disposición de los elementos y no como apariencia de las cosas. Elogia las formas bellas, pero sin considerarlas superiores al contenido.
La belleza espiritual es superior, pero no es la mas perfecta; es la Idea misma de la belleza, la que alcanza la perfección, poniendo a la belleza en un plano trascendente
La estética para Sócrates:
A diferencia del zapatero o el herrero, cuyo trabajo es realizar objeto que no existen en la naturaleza (no encontrarás un zapato que no haya sido creado por una persona), el pintor o el escultor tratan de imitar lo que ya existe en la naturaleza. Y aunque esta realidad, en nuestra época no sea del todo cierta, sí que en la Antigua Grecia se ajustaba a la realidad. Así que tanto la pintura como la escultura son de carácter imitativo y representativo, algo de lo que las otras artes (lo que ahora llamaríamos oficios) carecen.
Nos cuenta Jenofonte que Sócrates le dijo al pintor Parrasio: «la pintura es una representación de lo que se ve.
Esta idea socrática cuadraba con la idea griega del carácter pasivo y reproductivo del intelecto, a nivel general, es decir, imitativo y representativo. El arte, como obra directa del intelecto humano, no podría tener características diferentes.
Por esta razón fue fácilmente acogida y se convirtió, después, en premisa de los sistemas estéticos planteados por los dos grandes filósofos de la Grecia Clásica, como son Platón y Aristóteles. No olvidemos, el primero discípulo de Sócrates y el último, a su vez, de Platón.
En el diálogo mencionado, entre el pintor y el filósofo, descubrimos cómo trataban de encontrar una palabra para definir la idea del arte como representación. Más tarde, como veremos, se fijó para siempre el término que estaban buscando, esto es, la «mímesis».
La estética para Aristoteles:
Dentro de la historia de la estética la teoría del arte aristotélica tiene una importancia crucial. El filósofo griego puso sobre la mesa conceptos, como el de la independencia del arte, que todavía en la actualidad siguen siendo fruto de debate. A él le debemos buena parte de nuestra concepción artística. Bebemos directamente de la cultura y los pensadores de la Antigua Grecia y qué duda cabe de que Aristóteles es uno de sus principales exponentes. Sin embargo, además de su teoría del arte, de la que hemos hablado a lo largo de varios artículos, el pensador estagirita también nos legó una definición de la belleza, aunque no tuviera tanta importancia como su teoría artística.
¿Qué es la belleza?
Una de las razones, quizás la fundamental, de que la idea de belleza aristotélica haya pasado prácticamente inadvertida, por lo menos si la comparamos con la idea de belleza platónica, por ejemplo, es que Aristóteles nos habló de ella digamos que de pasada. O para, ser más exactos, teniendo en cuenta los textos que contamos de él, tenemos que decir que no se centró en la belleza. Conviene recordar que buena parte de los textos escritos por Aristóteles se perdieron en el tiempo así no podemos asegurar al 100% que no dedicase algún libro a definirla. Sea como sea, de existir, no lo conocemos. Y de lo que no se conoce, es mejor no hablar.
De lo que sí podemos hablar es de la Retórica, libro de Aristóteles que sí que ha llegado a nuestros días y en el que se nos ofrece una definición de la belleza, aunque un poco enrevesada:
Entonces, algo bello es aquello que debe ser preferible por sí mismo, no como medio para conseguir otra cosa diferente, y además que sea digno de alabanza; o que aquello que sea bueno además sea agradable, pero que lo sea por el hecho de ser bueno. Vaya, parece que no hemos aclarado gran cosa… Vamos a intentarlo de nuevo, simplificándolo un poco.
Bello es aquello que es valioso por sí mismo y es agradable. Más claro, ¿no?
Así que queda claro que la belleza, para Aristóteles, se compone de dos características fundamentales: por un lado tiene que ser apreciada por sí misma, y no por la utilidad que tenga, y cuyo valor reside precisamente en esta cualidad, y no por el resultado que pueda ofrecernos; por otro, bello es lo que nos produce placer, por lo que no sólo es placentero sino que nos llega gracias al placer que nos produce. Es decir, nos agrada y nos llena de admiración.
Estos son los valores de la belleza aristotélica que, como podemos comprobar, no resulta todo lo limpia que nos podría gustar.
En cualquier caso, se puede sintetizar en la definición anterior, aunque no sea capaz de aprehender exactamente lo que Aristóteles quería decirnos: bello es aquello que es valioso por sí mismo y nos produce placer.
Intensidad semanal: 2 horas.
Instrucciones de la clase:
El estudiante debe leer muy detenidamente la información del blog, tomar los apuntes necesario en la libreta. Si se presenta alguna inquietud por favor escribir a los comentarios del blog teniendo en cuenta los respectivos horarios. No es necesario enviar evidencias del trabajo, la responsabilidad es de cada uno.
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